Breve reseña del municipio de Tetepango.
David Méndez Gómez
Tetepango es un topónimo de origen nahua, el cual es traducido al español como “en o entre los muros de piedra”, su imagen glífica la podemos observar en diversos códices y documentos de época Colonial (1521-1810 d.C), por ejemplo, en el Códice Mendocino, El Códice Osuna o El mapa de Sigüenza. Su denominación proviene de los muros o terrazas realizadas a las laderas cerriles para retener los sedimentos y volver fértil la tierra con fines de siembra. Al establecerse en una región de profunda historia otomí-hñähñu, el municipio también posee un nombre en esta lengua hablada, el cual es Nküsthó con el mismo significado para denotar “cerca de piedra” (Méndez, 2023a: 6-30).
Por trabajos arqueológicos recientes, se puede mencionar que la región fue habitada desde época Tolteca (900-1168 d.C.), siendo Ulapa un posible centro provincial de la cultura Tolteca (Castillo, 2024: 180-181). Para el posclásico tardío (1200-1521) el control nahua del Centro de México acrecentó y la región fue sometida bajo el gobierno del tlatoani Moctezuma Ilhuicamina hacía el año de 1440 d.C., en la cual se obligó a la población de Tetepango a pagar una tributación junto a 10 pueblos a la redonda. Los lugares emblemáticos del periodo prehispánico podemos ubicarlos en los alrededores del Cerro Ponzha (del otomí-hñähñu “Cruz de madera”), en la cual se estableció una importante escuela militar nahua (Hernández Reyes, 1972: 4-14), y el Cerro Tumba en Ulapa de Melchor Ocampo, en la cual se desarrolló un sitio de observación calendárica-astronómica desde su cima (Méndez, 2022: 194-199).
Con la conquista española pasó a estar bajo el control del virreinato de la Nueva España, en la que se le concedió un nuevo estatus territorial denominándolo jurisdicción de Tetepango-Hueypuxtla, con ello acrecentó considerablemente su importancia política administrativa, por su parte, Tetepango fue también valorado como pueblo o república de indios hacía el año de 1550, en la cual tenía varias comunidades sujetas y es descrito de la siguiente manera:
Este pueblo tiene dos estancias que se dicen Matepetongo, Xumultepec; y más tres barrios que se dicen Tlacuachcuachtla y Olotepec [y] Tepecuavizco. Tiene [este] pueblo con todos sus sujetos trescientas y noventa y cinco casas. Y en ellas [hay] novecientos y treinta un hombres casados; y setecientos y cuarenta y siete muchachos y muchachas; y noventa y cinco viudos y viudas; y cuarenta y ocho viejos. Que son todos juntos dos mil y setecientos y cuarenta y dos personas grandes y chicos. Este pueblo está cercado de uno[s] cerros de la parte del norte; y por delante tiene los llanos de Ajacuba. Es tierra fría y seca. Las granjerías que tienen son de magueyes; y tunas; y mezquites; y piedra de cal. Cuando llueve se da muy bien trigo y maíz, pero los más de los años falta. Tiene de largo legua y media desde Atitalaquia hasta Mixquiahuala; y en ancho media legua. No tiene montes ni minas. Confina al este con Ajacuba; y al oeste con Atitalaquia; al norte con Mixquiahuala; y al sur con Ajacuba y Tlapanaloya.” (en García Castro, 2013: 304)
En el archivo municipal se resguarda un documento que demarca la extensión territorial del pueblo de Tetepango, la cual hace referencia a la fundación española hacía el 15 de junio de 1558, en ella se especifican los linderos frente a autoridades indígenas y coloniales (Lorenzo Monterrubio, 2024: 51-52).
Los monumentos novohispanos más emblemáticos de este municipio son la Parroquia de San Pedro Apóstol ubicada en el actual centro de Tetepango, la cual posee esculturas de tradición indígena posiblemente del siglo XVI que denotan la cosmovisión prehispánica de la región, remarcando el glifo toponímico de Tenochtitlán con los signos de Tetl “piedra” y Nochtli “nopal”, del cual se desenvuelve un racimo de uvas y al finalizar se encuentra un águila con alas extendidas (Reyes Valerio, 1967: 9-12). No se menciona con exactitud la fecha de construcción de esta iglesia pero se remarca que “El convento-parroquia agustino de Ajacuba tenía su centro en Asunción Tetepango en 1623 y fue secularizada antes de fin de siglo” (Gerhard, 1986: 307).
La hacienda de San Nicolás de Ulapa es una construcción colonial de principios del siglo XVII, ubicada en el centro de la actual comunidad de Ulapa de Melchor Ocampo, la cual fue fundada por Juan Fernández Riofrio hacia 1640, en los terrenos que antiguamente ocupaba el pueblo indígena de Digitzhey o Ulapa. Su máxima extensión territorial fue con Juan de Chavarría Valera, Caballero de la orden de Santiago para finales del siglo XVII (Badhura, 1970: 75-79). Por su parte, en 1718 la hacienda fue rematada al Doctor Joseph Leandro Venegas, el cual, tras su muerte, quedó a su mujer y testamentaria Micaela Antonia Mellado y Rivadeneira, la cual mandó a realizar un conjunto de mapas de la hacienda con el fin de proteger territorialmente su propiedad. La hacienda de Ulapa paso por diferentes propietarios hasta principios del siglo XX, siendo sus últimos dueños Trinidad Scholtz y Piedad de Iturbe, para después ser tomada por las fuerzas revolucionarias (Méndez, 2023b).
Tetepango también fue participe de los movimientos independentistas, los cuales, por la cercanía de las tropas realistas de Tlahuelilpan comandadas por Don Vicente Fernández en 1815, la jurisdicción de Tetepango jura lealtad al Rey.
Desengáñese Apatzingán y sepa la junta sediciosa que la lealtad de Tetepango protesta delante de Dios y de los hombres que ni en común, ni en particular ha contribuido ni autorizado a ficcioso alguno de ese imaginado congreso, antes convencida de la religión que recibió de sus protectores derramará su sangre y consumará sus intereses en defensa de los fueros de la iglesia y de los legítimos derechos del más amable de los monarcas del mundo”
Aunque mucha de la población indígena de la región no sigue estos preceptos y buscan su independencia de la Corona Española, debido al abuso laboral y económico de las haciendas novohispanas.
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